Recuerdas esa carcajada que solo volverás a oír en tu mente, porque esa carcajada es imborrable. El tacto de sus manos... Esas manos que irradiaban vida. Una vida trabajada, una vida dando caricias, una vida ayudando.
Recuerdas los paseos por la playa agarrada de su mano. Protegiéndote.
Recuerdas los abrazos eternos, agarrada a su cuello y sin querer soltarle. Esos besos de buenas noches acariciándote el pelo. Recuerdas su perfume... Su maravilloso perfume. Recuerdas todo, porque desde el primer momento de tú vida estuvo el ahí, sacando sonrisas, abrazando, besando, malcriando. Enseñándote que en la vida hay que luchar por lo que se quiere. Que ninguna persona es mejor que otra, por eso hay que tratarlos a todos igual, sin distinción. Porque enseñabas a vivir, a vivir sin hacer daño. Porque tu eras vida.
Hoy mi día está nublado Abuelo, pero como tú me decías: "Cuando yo ya no esté sonríe, que tu sonrisa dará vida".
Le seguiré dando vida a Abuela. Tú se la dabas cada día.
Me prometí que no la escucharía durante unos días, pero no puedo evitarlo. La vie en rose por @pabloalboran
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