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viernes, 5 de julio de 2013

Cartas en mi cajón. ¿El ultimo día?


Otra carta más. 

7-08-12  ¿El ultimo día?

Hoy me levanté rara. Ya desde bien temprano sabía que no iba a ser mi día. Como siempre, desde que estoy en Londres, me levanto a las 7 a.m. Hoy no iba a ser menos. 
Me preparé el desayuno, unas tostadas y un capuccino con pipitas de chocolate. Necesitaba endulzar la mañana. Ducha, ropa y a trabajar. 
Ya me he acostumbrado a mi trabajo, a lo que no me acostumbro es a mis jefes. No puedo o no quiero acostumbrarme. No me explico como puede haber gente así. No lo entiendo. Gente que no sonríe, siempre con ese rictus de mala leche. Como diría mi abuela: Lo que necesitan esos 2 es un buen polvo, y ya veras lo pronto que se le quita la cara de mal follao... Abuelas.Y la mía encima gaditana. 
Si ella estuviese aquí sería mas fácil. No podría hablar con nadie, pero seguro que la entendían. Tiene el don de hablar con la cara y no con la boca. También está acostumbrada a tratar con gente de todas las nacionalidades. Sus vecinos en Cádiz son Italianos, alemanes, franceses, ingleses, y marroquíes, y se entienden de maravilla. ¡Como echo de menos a mi abuela! La vida con pelo blanco. La que no tiene nada suyo, porque todo lo da. La que no puede hablar conmigo por skype, porque desde que me ve empieza a llorar. Cuidó a mi abuelo como solo ella sabía hacerlo. Y ahora nos sigue cuidando a nosotros. La echo de menos. Mucho de menos.
A las 12 de la mañana ha pasado lo que me temía que pasaría. Mis jefes me han vuelto a hacer una putada, y yo, una chica impulsiva, cansada de aguantar un trato desagradable durante varios meses, he soltado todo y me he ido. He salido de ahí llorando. Desencajada. Soy una sensible.
Al salir de allí, he decidido no meterme en el ático, y dar un paseo. Pensar las cosas con frialdad y tranquilidad. Cerrar los ojos y  ver que es lo mejor para mi. 
He llegado a la conclusión que lo mejor es volver a casa. Meter en maletas los recuerdos de este lugar. Cerrarlas con candados de plomo y no abrirlos durante un largo tiempo. El suficiente tiempo como para que estas heridas se curen, cicatricen y se borren. Es lo mejor, han sido unos meses muy duros en lo cuales he llorando mas que reído. Y normalmente, en mi vida suele ser al contrario. Soy una chica que le encanta sonreír y reír.
Así que nada, aquí me encuentro en este ático de mierda, el cual odio ahora, pero se que en unas semanas lo echare de menos. Ha sido mi refugio en esta ciudad tan maravillosa con unos jefes tan hijos de puta. 
Este cuaderno acaba con esta carta.  Abriré mi próximo cuaderno en el avión, cuando vaya rumbo a mi tierra, Cádiz, pasando antes por Málaga. 

Si tengo que sacar algo positivo es que he madurado. Mucho. Siempre he sido una niña muy madura y consecuente con todo lo que hacia. Pero ahora, aun si cabe, lo soy mas.

Cierro este cuaderno que embarca una etapa de aprendizaje en mi vida, y abro otro nuevo que espero que me traiga algo bueno. 

Londres. 19:30 Se acabó.

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